Un nuevo terrorismo genera nuevas victimas, pero este terrorismo no es nuevo aunque continué generando victimas sin que nadie las asocie o intente desde el efecto mediático de la denuncia sacar rendimiento político alguno. Es un terrorismo patronal posibilitado desde el gobierno al que le sobran la O de obrero y la S de socialista y son las victimas de una sociedad capitalista que este mismo gobierno fuerza.
Es un terrorismo cuyas imágenes nos salpican habitual y asiduamente, casi diría con una puntualidad diaria que asusta.
Son imágenes que no se recrean, que se cubren para no ofender, se tratan como noticia de paso sin que nunca se ose profundizar en ella. Son noticias que no venden, es un terrorismo barato.
Sus victimas suelen tener entre 5 ó 10 minutos de silencio frente al lugar donde murieron.
Por ellas no se paralizan parlamentos, estatales o comunitarios, no se desalojan, voluntariamente, diputaciones o ayuntamientos, no se inmovilizan las ciudades al dar las 12 y sonar todas las sirenas y campanas al unísono. A ellas les tiene que bastar con solo 5 ó 10 minutos.
Este terrorismo y sus victimas, casi diarias, no llena las calles de ninguna ciudad en manifestación silenciosa cuya pancarta es portada por líderes políticos y sindicalistas que hacen piña por un centímetro de foto y cámara.
Algunas veces, tal vez cada 1 de mayo alguien se acuerda de ellas. Son las victimas del tajo, es el terrorismo patronal. Un solo día al año les tiene que servir como recuerdo.
Si todas las fuerzas que son, guardia civil, policía y ertzaintza o cualquier otra forma de policía se dedicasen a su persecución este
terrorismo estaría erradicado hace mucho tiempo, sus victimas serian mera referencia o un accidente que por lo inusual nos dejaría a todos mudos.
Es comprenhensible que un gobierno conservador como el del PP no conjugase entre sus prioridades erradicar el terrorismo patronal, es un partido cuya prioridad única pasa por derrotar a ETA, pero es incomprensible que un PSOE continué dedicando todos sus esfuerzos a tamizar 27000 firmantes de una lista electoral, en busca de esa misma prioridad del PP, en tanto las muertes continúan día si y día también.
Las normas mas sencillas de seguridad laboral siguen ninguneándose, y el contrato basura posibilita la inmigración incontrolada que siembra de muertos el Estrecho. Las contratas de las contratas posibilitan las horas extras que no se declaran, las normas que no se aplican, los riesgos que no se calibran y la máxima rentabilidad como única meta a todo trabajo.
Este terrorismo capacitado desde el silencio institucional, desde la desidia de los gobiernos, desde la amnesia policial y desde el abandono de los grandes sindicatos es el que mas victimas crea, son victimas que nadie asocia.
Son, sin lugar a dudas, victimas de un suborden al igual que el terrorismo que las genera.
Por todo ello y sin temor a equivocarme hoy tampoco en el Debate del Estado de la Nación, tampoco en el Plan Ibarretxe, o en la Constitución Europea o en el nuevo Estatut catala se hablara de ellas, ni de él.
Es un terrorismo patronal posibilitado desde el gobierno al que le sobran la O de obrero y la S de socialista y son las victimas de una sociedad capitalista que este mismo gobierno fuerza.
